Fortunata y Jacinta
La novela Fortunata y Jacinta está considerada la narración más importante en lengua española después del Quijote. Ninguna obra española de los siglos XIX y XX refleja mejor que ésta el momento en que la clase media, la burguesía, tomaba parte fundamental de la vida social y asumía el control político de la nación, al tiempo que Madrid, protagonista indiscutible de la obra, adquiría el perfil de una urbe moderna. Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 – Madrid, 1920) recoge en su obra cumbre el palpitar de una época, sus movimientos anímicos, tejiendo una visión de la conciencia humana proveniente de las ideas psicológicas dominantes en el siglo XIX. Fortunata y Jacinta debe ser entendida como un magnífico panorama de costumbres de a España decimonónica en el que la complejidad interior del individuo -su alma- se entremezcla con la descripción detallada -no exenta de crítica- de una sociedad en constante progreso.
Los santos inocentes
En la Extremadura profunda de los años sesenta, la humilde familia de Paco, “el Bajo”, sirve en un cortijo sometida a un régimen de explotación casi feudal que parece haberse detenido en el tiempo pero sobre el que soplan ya, tímidamente, algunos aires nuevos. Es época de caza y Paco se ha tronzado el peroné. Las presiones del señorito Iván para que lo acompañe en las batidas a pesar de su estado sirven para retratar la crueldad, los abusos y la ceguera moral de una clase instalada en unos privilegios ancestrales que considera inalienables y que los protagonistas soportan con una dignidad ejemplar.